Belice, conocido por su lujo, sol y playas, emerge como líder en la conservación marina y la economía azul, destacando por sus iniciativas pioneras que protegen y revitalizan sus ecosistemas marinos. Este país centroamericano no solo es un paraíso para los visitantes sino también un modelo de sostenibilidad ambiental.
Entre las numerosas iniciativas, destacan los esfuerzos de pequeños productores y asociaciones como la Asociación de Mujeres Cultivadoras de Algas Marinas de Belice (BWSFA) y la Cooperativa de Placencia. Estos grupos llevan más de cuatro décadas dedicados al cultivo de algas rojas autóctonas, no solo preservando el medio ambiente sino también fortaleciendo la economía local a través de prácticas sostenibles de maricultura.
La Fishermen & Ecotourism Alliance (FETA), formada en el atolón de Turneffe, es otro ejemplo sobresaliente. Esta organización se concentra en la protección de hábitats clave, apoyando tanto a los pescadores locales como a los operadores de ecoturismo para promover la sostenibilidad y protección ambiental del atolón, un destino esencial para el buceo y el snorkeling.
Belice también se distingue por su enfoque educativo y comunitario en la conservación, con la BWSFA liderando el camino en la enseñanza de técnicas de acuicultura restaurativa, que benefician tanto a la naturaleza como a las comunidades locales. Además, la asociación trabaja en la revitalización de la pesca y el mejoramiento del turismo, creando valor económico sustentable para los habitantes de la región.
Además de sus esfuerzos marinos, Belice ofrece experiencias de turismo comunitario únicas como el tour del chocolate combinado con visitas a la cascada del rey maya y sitios arqueológicos mayas. Con más de 600 especies de aves y la presencia del jaguar beliceño, uno de los tres jaguares más grandes del planeta, Belice se afirma como un líder en ecoturismo y conservación ambiental a nivel regional.
Este destino no solo es ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura, sino también para aquellos comprometidos con el turismo responsable y la preservación del planeta.
Belice sigue siendo un ejemplo inspirador de cómo el turismo y la conservación pueden trabajar juntos hacia un futuro más sostenible y próspero.