El Parque Nacional Rincón de la Vieja comprende al macizo donde se ubica el volcán Rincón de la Vieja. Tiene una extensión de 14,083 hectáreas distribuidas en dos sectores: Las Pailas y Santa María. Cuenta con nueve conos y la laguna Jilgueros.

Ubicado en las provincias de Guanacaste y Alajuela, en esta área protegida se conservan importantes especies de flora y fauna. Asimismo, posee un sistema de cuencas hidrográficas originadas en las laderas del volcán, abasteciendo de agua a gran parte de ambas provincias.

Según la leyenda, la princesa indígena Curubandá, hija del gran cacique Curubandé, huyó enloquecida hacia el volcán luego que su padre lanzara al cráter a su amado príncipe Mixcoac, jefe de una tribu enemiga. De ese amor prohibido nacería un niño que también sería lanzado al cráter por ella, en el afán de reunirlo con su padre. Desde entonces, Curubandá vivió cerca del lugar, envejeció y se convirtió en la famosa curandera que aprendió los secretos de sanación usando medicinas obtenidas en las cercanías del volcán. Así, cuando sus pacientes iban a buscarla, decían: “Voy donde la vieja del rincón” o “Voy para el rincón de la vieja”.

En esta área se encuentran árboles como el laurel, guanacaste, cedro amargo, indio desnudo y copey, entre otros. El Rincón de la Vieja es también refugio de una población de Guaria Morada en estado silvestre. Mamíferos como el saíno, guatuza, tolomuco, armadillo, monos carablanca, congo y colorado son muy comunes, y han sido identificadas alrededor de 300 especies de aves.

Entre los atractivos ofrecidos por el parque se encuentran numerosos senderos, cataratas, pozas, aguas termales, miradores y la Casona de Santa María, la casa donde habitaban los dueños de la hacienda, construida originalmente en bahareque y madera, con un patio central interno.

En las inmediaciones del área administrativa hay servicios sanitarios, áreas para almorzar y zona para acampar. También cuenta con una casona histórica y un trapiche.